Holanda se prepara para la eutanasia infantil

  •  Michael Cook
  •  28 / 10 / 2020
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Aunque no resulta una sorpresa, los médicos de los Países Bajos pronto estarán facultados para sacrificar a niños menores de 12 años. Ya están autorizados a hacerlo con bebés de hasta 12 meses y con niños mayores de 12.

El ministro de Salud, Hugo de Jonge, dijo al Parlamento holandés a principios de octubre 2020 que esto debería ser posible para "un pequeño grupo de niños con enfermedades terminales que agonizan sin esperanza y que padecen un sufrimiento insoportable". Estima que esto será aplicable a cinco o diez niños al año.

El Dr. de Jonge sugirió que en estos pocos y raros casos, en los que los médicos consideraron que es necesario poner fin a la vida de los niños, y ante la ausencia de un marco legal, se les estaba administrando una "sedación terminal". En palabras del especialista en bioética Wesley J. Smith, "inducir un coma artificial con deshidratación hasta la muerte”. En estos casos los médicos están preservados de ser procesados si pueden demostrar que no había otra alternativa, encuadrando así sus acciones en la doctrina conocida como "fuerza mayor".

Sin embargo, los médicos se han quejado de que esta "zona gris" entre los cuidados paliativos normales y la terminación activa de la vida no resulta satisfactoria. Necesitan tener seguridad jurídica.

Todavía se está trabajando con la colaboración del Ministerio Público y las organizaciones médicas profesionales para definir los términos de esta política.
La actual propuesta de legislación está respaldada por un informe de tres hospitales universitarios holandeses publicado en 2019, en el que se afirma que el 84 por ciento de los pediatras holandeses se inclinaba por la interrupción activa de la vida de los niños entre 1 y 12 años.

Quienes mantienen una posición crítica ante esta iniciativa, han observado que la eutanasia en niños difiere de la eutanasia aplicada a adultos porque, con su escasa experiencia de vida, los niños no pueden dar un consentimiento verdaderamente informado. Temen que esto lleve a la eutanasia involuntaria de adultos. En palabras del especialista holandés de ética Theo Boer "el hecho de que sólo interrumpamos la vida de las personas que así lo soliciten es una piedra angular de nuestro sistema de eutanasia".




COMENTARIOS

Mensaje de Juan Jorge Michel Fariña  » 30 de octubre de 2020 » jjmf@gmail.com

Una escena conmovedora de la película Amén (Costa-Gavras, 2002), ambientada en 1939, muestra a una niña con síndrome de Down leve, asomándose a los muros del asilo en el que está internada, para saludar un desfile nazi en las calles de Berlín. Regresa luego y es examinada por un comité médico, para ser registrada, junto con otros internos, como candidata al programa de asesinatos conocido como Aktion T4.
La Aktion T4 comenzó con el caso de un "juicio" a finales de 1938. Hitler instruyó a su médico personal, Karl Brandt para evaluar una petición enviada por dos padres para el "asesinato misericordioso" de su hijo que era ciego y tenía discapacidades físicas y de desarrollo. El niño, nacido cerca de Leipzig y finalmente identificado como Gerhard Kretschmar, fue asesinado en julio de 1939. Hitler ordenó a Brandt que procediera de la misma manera en todos los casos similares.
El 18 de agosto de 1939, tres semanas después del asesinato del niño, se estableció el "Comité del Reich para el Registro Científico de Enfermedades Hereditarias y Congénitas" para registrar a los niños enfermos o recién nacidos identificados como defectuosos. El asesinato secreto de niños comenzó en 1939 y aumentó después de que comenzó la guerra; en 1941, más de 5,000 niños habían sido asesinados.
Razonablemente, la memoria de este nefasto programa obra en las conciencias de quienes se oponen a la iniciativa holandesa.




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