Tres mujeres, dos bebés, una clínica de FIV corriendo para cubrirse
- Michael Cook
- 12 / 11 / 2020
Ahora bien, esto es realmente complicado, así que abróchese el cinturón. Es un ejemplo de la confusión emocional y legal que puede ocurrir cuando las parejas se ponen en manos de las clínicas de FIV.
Comencemos con el Centro de Fertilidad CHA. Se trata de una empresa internacional con dos clínicas en Los Ángeles y cuatro en Corea del Sur. Sus servicios incluyen congelación de óvulos, tratamiento de fertilidad LGBTQ, selección de sexo y gestación subrogada. California se ha convertido en un imán para el tratamiento de fertilidad internacional porque su legislación flexible permite la selección de sexo y la subrogación.
En 2011, Anni y Ashot Manukyan, una pareja de Los Ángeles, acudieron a una sucursal de CHA en Los Ángeles para un tratamiento de FIV y concibieron una hija. El año pasado volvieron a intentar tener un hijo. El 20 de agosto, a Anni le implantaron dos embriones, pero según le informaron, ninguno de ellos sobrevivió. Un tercero fue descartado por la clínica.
En abril, la clínica les pidió que vinieran a hacerse una prueba de ADN. Al día siguiente descubrieron que uno de sus embriones había sido implantado en una mujer que había dado a luz a dos niños. Uno era el hijo de Manukyan, el otro era el hijo de una tercera mujer.
Lo que sucedió fue uno de los peores errores (conocidos) en la historia de la FIV.
Aparentemente, tres aspirantes a madres estaban en la clínica para la implantación al mismo tiempo. A Anni le implantaron dos embriones. Uno, posiblemente ambos, no era suyo. Una segunda mujer, una coreana estadounidense, había viajado a la clínica desde Nueva York y recibió uno de los embriones de Anni junto con un embrión de la tercera mujer.
Ninguno de los niños se parecía a la mujer coreano-estadounidense o su esposo y ella había estado esperando gemelas, pero aún quería quedarse con los dos niños. Después de todo, los había llevado hasta que nacieron. Los Manukyan se vieron obligados a iniciar una demanda para obtener la custodia de su hijo. La mujer coreano-estadounidense también tuvo que entregar el otro niño a la tercera mujer.
La pareja estaba desconsolada." CHA me robó mi capacidad para llevar a mi propio hijo, mi bebé", dijo Anni Manukyan en una conferencia de prensa. "Estar con él ... amamantarlo ... ser simplemente una mamá". Estaba angustiada porque conoció a su hijo en el vestíbulo de un hotel.
El abogado de los Manukyan, Adam Wolf, dijo a los medios:
“Esta increíble serie de eventos demuestra la impactante incompetencia de CHA. Si bien he manejado cientos de casos de mala conducta en el centro de fertilidad, esta tragedia en CHA es una de las más atroces que he visto. Anni y Ashot pusieron toda su fe y confianza en CHA. A cambio, CHA les dio a Anni y Ashot mentiras, excusas y angustia. No descansaremos hasta que esta corporación multinacional rinda cuentas.
“Es justo asumir que hay muchas más tragedias en clínicas de fertilidad que suceden de las que sabemos”, dijo Wolf. Incluso esta gigantesca confusión podría no haber llegado a su fin. "Solo le estoy rezando a Dios para que no tenga otro hijo o hija", dijo la Sra. Manukyan a The Atlantic.
Los Mankuyan y la pareja coreano-estadounidense están demandando a la clínica de FIV por daños emocionales y morales.
Traducción: Leandro Macri
COMENTARIOS
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